61º Festival de la Canción de Eurovisión
1944 (Jamala) - Ucrania
La final de la 61ª edición del Festival de Eurovisión se celebró el 14 de Mayo de 2016 en el Globen Arena de Estocolmo con capacidad para 16.000 espectadores tras la victoria en Viena en 2015 de la canción Heroes interpretada por Mans Zelmerlöw. Las semifinales tuvieron lugar los días 10 y 12 de Mayo. Era la sexta vez que el festival se celebraba en Suecia (tantas como victorias hasta la fecha de este país), la tercera vez que la capital sueca acogía el evento y la segunda vez que lo hacía en el Globen Arena que ya fue la sede del festival de Eurovisión del año 2000.
Las tres galas fueron brillantemente conducidas por Petra Mede, anfitriona de 2013, y el ganador de la anterior edición, Måns Zelmerlöw. Ambos deslumbraron como ningún presentador del festival lo había hecho hasta entonces y son hasta la fecha recordados como los mejores presentadores de la historia del concurso. Con un divertido sentido del humor, innumerables gags y fabulosos números músicales basados en la propia historia del certamen que recordaban a lo que ya nos tienen acostumbrados las ceremonias de los Oscars o de los premios MTV y con un despliegue de medios ténicos y artísticos nunca vistos que culminó con la actuación del estadounidense Justin Timberlake en el entreacto de la gran final, siendo esta la primera vez en la historia de Eurovisión que una estrella internacional no relacionada en absoluto con el concurso actuaba e su escenario.
Ucrania ganó esta edición con la canción 1944, interpretada por Jamala. Un tema potente con una letra que hacía refrencia a la deportación de los tartaros por Stalin lo que dio lugar a algunas protestas por parte de Rusia por considerar que la canción tenía una carga política. Esta es la segunda vez que Ucrania se alza con el triunfo después de la victoria conseguida por Ruslana y su Wild Dances en 2004. España quedó en el puesto 22º teniendo como representante a Barei, con la canción Say Yay, compuesta por ella misma e interpretada totalmente en inglés por primera vez en la historia de España en Eurovisión. A pesar de su mala posición, muchos tanto fuera como dentro del país opinan que la canción y la actuación de Barei fue una de las mejores y más eurovisivas que España ha llevado a Eurovisión.
Un total de 43 paises se inscribieron para esta edición lo que hubiera supuesto igualar el record de participación de Serbia 2008 y Dusseldorf 2011 pero tres semanas antes del certamen la UER expulsó a Rumania de la organización por impago de una deuda 15 millones de euros pendiente desde 2007, motivo por el que este país perdió todos los derechos como miembro de la Union Europea de Radiodifusión y no pudo participar en el festival. Por lo tanto el total de paises finalmente fue de 42 y 26 lo hicieron en la final. Bosnia Herzegovina, Ucrania, Bulgaria y Croacia regresaron tras haber estado ausentes en uno o más de los ultimos certámenes. En el debe hubo que lamentar la ausencia este año, además de Rumania, de uno de los clásicos del festival: Portugal.
Por primera vez Grecia no consiguió clasificarse para la final. Desde que se crearon las semifinales en 2004 el país heleno siempre había alcanzado la final y, de hecho, logró su primera y de momento única victoria al año siguiente, en 2005 con "My Number One". Desde entonces había quedado en el top-10 en nueve ocasiones. Grecia, junto con Rusia y Rumania, eran los tres únicos paises que hasta este momento se habían clasificado siempre. Irlanda, siete veces ganadora, tampoco se clasificó para la final al igual que Dinamarca que por segundo año consecutivo se queda fuera de la gran noche.
Australia, que el año anterior había sido invitada con ocasión del 60º aniversario del certamen, volvío a concursar este año pero sin los privilegios de su primera participación, por lo tuvo que competir en las semifinales por un puesto en la gran final, algo que consiguió sin dificultad gracias a una potente balada que desde mucho antes del certamen estaba ya entre las favoritas al triunfo y que fue impecablemente interpretada por la cantante de origen coreano Dami Im acompañada de una puesta en escena sublime por su elegancia. Australia estuvo muy cerca de ganar el festival en su segunda participación. Quedó segunda a solo 23 puntos de Ucrania en un final de infarto debido al nuevo sistema de desvelar los votos que se estrenaba este año. Después del excelente 5º puesto conseguido en su primera participación en 2015 todo parece indicar que dada la grandísima popularidad del festival en aquel continente los australianos se han tomado el festival muy en serio y han venido no solo para quedarse sino para instalarse entre los grandes.
Rusia, sin duda la favorita de este año para el triunfo, quedó finalmente en tercer lugar. La puesta en escena de la canción Rusa fue realmente impresionante, tomando prestados ciertos elementos e ideas que ya pudimos ver en la canción ganadora del año anterior pero llevándolos un paso más allá en dificulatd y espectacularidad. Es evidente que lo digital se abre paso en el festival y probablemente en años sucesivos veamos cosas realmente impactantes que nos harán dudar de si se trata realmente de un concurso de canciones o de un festival de circo. En cualquier caso el espectáculo está servido, y si no ahí están las multimillonarias audiencias para corroborarlo.
Este años el festival se retransmitió por primera vez en directo a Estados Unidos y es posible que a ello se deba en parte la actuación estelar de la super estrella del R&B Justin Timberlake. Una agradable sorpresa que sin duda sirvió para agrandar la importancia y el glamour del festival. Suecia tiró la casa por la ventana y organizó una gala que en ocasiones recordó a las de los premios MTV o a los Oscars con números musicales protagonizados por la más que sorprendente pareja de presentadores, desfile para abrir el concurso y presentar a los concursantes al más puro estilo pasarela de Moda, humor y guiños constantes a la numerosa audiencia gay del festival.
Pero la verdadera gran novedad de esta edición fue el cambio en la forma de anunciar las puntuaciones. Las votaciones, ya se sabe, son para bien y para mal mucho más que una parte del ritual de Eurovisión, son su esencia, su atractivo, su morbo y desde luego su quebradero de cabeza, siempre. No sin motivo Eurovisión ha tenido casi tantos sistemas de votación como ediciones. Pero a finales de febrero la UER anunció que este año el sistema afrontaría su mayor cambio desde el año 1975 en el que se estableció el actual formato de reparto de 1 a 12 puntos. El objetivo declarado de este cambio era garantizar emoción y suspense hasta el final, evitando situaciones como las vividas en las últimas ediciones en las que los presentadores anunciaban mucho antes de acabar las votaciones que ellos ya habían "hecho cuentas y ya estaba claro quien era el ganador"
En vez de dividir los votos del público y del jurado, este año ambas puntuaciones, integras, se dieron por separado. Primero se anunciaron las del jurado, como se acostumbraba a hacer siempre, conexión mediante y dejando a los portavoces anunciar solamente los 12 puntos del jurado de su país mientras todas las demás puntuaciones aparecían automáticamente en pantalla. Esto agilizó enormemente el proceso, algo que Petra Mede se encargo de favorecer apremiando constantemente a los portavoces con humor y una diplomacia exquisita para que no se extendieran más allá de lo necesario. Terminada la ronda de conexiones, Måns Zelmerlöw recibió el sobre conteniendo los votos del público de todos los paises participantes sumados en una sola y única puntuación. Estos fueron anunciados en orden creciente. Rápidamente y sin mucha parafernalia los 16 primeros pero deteniéndose a partir de ahí para dar a cuenta gotas, con largos espacios de tiempo, los vostos destinados a los diez paises restantes, mostrando las caras de los concursantes a medida que unos se iban descolgando y cada vez quedaban menos.
El nuevo sistema logró a la perfección su cometido. El concurso mantuvo su emoción hasta el último segundo en un crescendo de infarto que no terminó hasta que se anunció la última puntuación de la noche, la más alta, para la canción favorita del público. Un total apabullante de 361 puntos aguardaban a Rusia, pero no fueron suficientes para alzarla con el triunfo, ni siquiera para llevarla a la segunda posición, se lo impidió la baja puntuación del jurado: 130 puntos. A Australia apenas dos minutos antes le había pasado excantamente lo contrario. Gran favorita del jurado con un total de 320 puntos la representante australiana veía como el público europeo daba la espalda a su canción dejándola con tan solo 191 puntos por detrás de Rusia, Ucrania y ¡Polonia! La canción polaca que solamente había obtenido 7 puntos del jurado y estaba en penúltima posición recibió una lluvia impresionante de votos del público. Nada más y nada menos que 222 puntos que la alzaron hasta la 8ª posición. Fue posiblemente la expresión más evidente y sorpredente de la diferencia tan grande de criterio y de opiniones entre los llamados profesionales de la música y los gustos de la audiencia.
De todas las lecturas que de este sistema pueden hacerse la más llamativa posiblemente sea esta: Ucrania ganó por pura matemática a pesar de que no era la canción que más gastaba al jurado, ni tampoco la canción que más gustaba al público. Fue la segunda en ambas votaciones y eso le sirvió para alzarse con el triunfo. En cuanto a Australia, es más que evidente que los "Aussies" se enfrentan en Eurovisión a un problema que los españoles conocemos muy bien. No tienen amigos en Europa. Los paises balcanicos, las ex-repúblicas soviéticas, los escandinavos, los báticos se apoyan entre sí, sea por cultura, por historia o por afinidad degustos musicales, es igual. Tienen una cosecha practicamente garantizada de votos y muy mal lo tienen que hacer para no tener éxito. Con una canción mediocre llegan alto, con una canción buena simplemente ganan sin problema. Australia no tiene más amigos en Europa que el Reino Unido, más allá de la Gran Bretaña todo es páramo. Un desierto de votos en donde buscar el éxito les resultará muy dificil. Su segundo puesto en estas circunstancias es más que meritorio y en mi opinión la convierte en la verdadera ganadora moral de esta edición.
Pero los ganadores morales no organizan el festival al año siguiente, de modo que...