69º Festival de la Canción de Eurovisión
Wasted Love (JJ) - Austria
Tras la victoria de Nemo con su tema The Code en 2024, la 69ª edición del Festival de la Canción de Eurovisión se celebró en Basilea, Suiza los días 13,15 y 17 de mayo de 2025 con la participación de 37 países (el mismo número que en la edición anterior) siendo esta era la tercera vez que Suiza organizaba el certamen tras la edición inaugural (1956 Lugano) y la que siguió a la recordada victoria de Celine Dion (1989 Lausana).
Este año, las apuestas situaban claramente a Suecia con "Bara Bada Bastu" de KAJ como favorita a alzarse con el micrófono de cristal y aunque la historia de Eurovisión nos enseña que las sorpresas siempre son posibles nada parecía indicar que la victoria del trío escandinavo peligrara. Finalmente acabaron en cuarta posición, superados por el estonio Tommy Cash y su divertido "Espresso Macchiato" (tercera posición) y por la israelí Yuval Raphael que se alzó hasta la segunda posición gracias a la avalancha de puntos recibidos del tele-voto, inflado por motivaciones exclusivamente políticas y espoleado por el apoyo en redes de grupos proisraelís. Cerca estuvo Israel de ganar y abrir una brecha de proporciones desconocidas en la cada vez más frágil unidad de la comunidad eurovisiva. En un agónico desenlace, Austria, ganadora a la postre del voto del jurado, consiguió la victoria con "Wasted Love" interpretada por el joven contratenor Johannes Pietsch (JJ) que al igual que el The Code de Nemo combina elementos del pop y la opera. Con esta Austria suma tres victorias en el certamen. La primera había sido en 1966 con Merci Cherie (Udo Jürgens) y la segunda en 2014 con la iconica "Rise Like a Phoenix" (Conchita Wurst).
El certamen volvió un año más a estar envuelto en polémica por la participación de Israel ante la magnitud de la destrucción provocada y la matanza indiscriminada de población civil palestina en Gaza. Sin embargo, el ruido de las protestas tanto fuera como dentro del recinto del festival bajó muchos decibelios en comparación con lo vivido en la edición anterior y ya fuera por hartazgo, por impotencia o porque la neutralidad suiza obró el milagro, el espíritu festivo se dejó sentir en las calles de la pequeña ciudad de Basilea, volcada totalmente en el evento.
Nos vemos en Austria en 2026 para celebrar (o no) los setenta años de historia de Eurovisión.